Nuestra Presentación
DOS GRANDES DE LA FE
En nuestra presentación hablamos sobre el Papa Gregorio Magno y San Agustín de Hipona.

Pontificado
El Papa Gregorio I, también llamado "Magno", fue el primer Pontífice que fue monje y ascendió a la silla apostólica cuando Italia se hallaba en una condición deplorable como consecuencia de las luchas entre los ostrogodos y el emperador Justiniano.
En el año 590, una terrible epidemia arrebató la vida al Papa Pelagio y el pueblo escogió a Gregorio como nuevo Papa. Desde el momento que asumió el cargo de Papa, prohibió el cobro injusto de primas por entierros en iglesias, por ordenaciones o por conferir el palio y no permitió a los diáconos dirigir la parte cantada de la misa a menos que fueran escogidos por sus voces más que por su carácter. También destacó como predicador escogiendo temas del Evangelio del día y, hasta nosotros ha llegado algunas de sus homilías terminadas con una enseñanza moral. Fue un excelente administrador de la Sede Pontificia pues todos los súbditos estaban contentos con lo que les tocaba en la distribución de bienes.
En el año 592, Tuscia (Toscana) fue atacada por el rey lombardo Agilulfo. En vano se esperó la ayuda imperial; ni siquiera los soldados griegos recibieron su paga. Fue Gregorio quien debió negociar con los lombardos, logrando que levantaran el ataque a cambio de una paga anual de 500 libras de oro (probablemente entregadas por la Iglesia de Roma)
Canto gregoriano
El canto gregoriano es un tipo de canto llano (simple, monódico y con una música regida por el texto) utilizado en la liturgia de la Iglesia Católica Romana, aunque en ocasiones es utilizado en un sentido amplio o incluso como sinónimo de canto llano. La denominación canto gregoriano procede de atribuírsele su recopilación al Papa Gregorio Magno, siendo una evolución del canto romano confrontado al canto galicano.
Desde su nacimiento, la música cristiana fue una oración cantada, que debía realizarse no de manera puramente material, sino con devoción o, como decía Pablo de Tarso: «Cantando a Dios en vuestro corazón». En realidad el canto del texto se basa en el principio, según San Agustín, «El que canta bien, ora dos veces». El canto gregoriano jamás podrá entenderse sin el texto, es el que le da sentido a ésta. Por lo tanto, al interpretarlo, los cantores deben haber entendido muy bien el sentido del texto.
Características generales
· Las partituras del canto gregoriano están escritas en tetragrama
· Tiene un ritmo sometido ante todo al texto latino. Se considera pues que es de ritmo libre.
· Es un canto monódico y a cappella, interpretado por voces masculinas. Las voces lo interpretan en forma coral o en forma solista.
· Su texto está escrito en latín
· El repertorio gregoriano es anónimo.
Las obras de canto gregoriano son clasificadas según diversos criterios:
· Según la forma de interpretarse: estilo responsorial (alternancia de un solista con un coro), estilo antifonal (alternancia de dos coros) y estilo directo (sólo hay un coro o un solista)
· Según el tipo de texto: bíblicos (aparecen en la Biblia) y no bíblicos (no aparecen en la Biblia).
· Según el número de notas cantadas por sílaba: silábico, con una nota por cada sílaba; adornado, con dos o tres notas por sílaba; y florido o melismático, muy adornado, con más de tres notas por sílaba.
Monacato, sacerdocio y episcopado
Cuando llegó a Tagaste (norte de África), Agustín vendió todos sus bienes y lo que ganó de la venta lo repartió entre los pobres. Se retiró con unos compañeros a vivir en una pequeña propiedad para hacer allí vida monacal. A pesar de su búsqueda de la soledad y el aislamiento, la fama de Agustín se extendió por todo el país.
En 391 viajó a Hipona para buscar a un posible candidato a la vida monástica, pero durante una celebración litúrgica fue elegido por la comunidad para que fuese ordenado sacerdote, a causa de las necesidades del obispo Valerio de Hipona. Agustín aceptó esta elección, a pesar de que no iba en busca de ese cargo. Algo parecido sucedió cuando se le consagró como obispo en el 395. Entonces abandonó el monasterio de laicos y se instaló en la casa episcopal, que transformó en un monasterio de clérigos.
Obras
San Agustín ha dejado una obra inmensa de la que citamos a continuación algunos de sus títulos más significativos. Algunas fueron elaborados en varios años, por lo que se da la referencia del año en que se inician
386 Contra Academicos, De Beata Vita.
388-391 De libero arbitrio, De vera religione.
391-400 De Doctrina Christiana.
400 Publicación de las "Confesiones". De Trinitate (15 libros, concluida en el 416).
410 De Urbis excidio (sermón elaborado tras el saqueo de Roma).
PAPA GREGORIO MAGNO
Biografía
Gregorio nació en Roma en el año 540, en el seno de una rica familia romana, que se había convertido al cristianismo hacía mucho tiempo: su bisabuelo era el papa Félix III, su abuelo el papa Félix IV y dos de sus tías paternas eran monjas. Gregorio estaba destinado a una carrera secular, y recibió una sólida formación intelectual.
De joven, se dedicó a la política, y en 573 alcanzó el puesto de prefecto de Roma (es un oficial del Imperio romano.) la dignidad civil más grande a la que podía aspirarse. Pero, inquieto sobre cómo compatibilizar las dificultades de la vida pública con su vocación religiosa, renunció pronto a este cargo y se hizo monje.
Tras la muerte de su padre, en 575 transformó su residencia familiar en el Monte Celio en un monasterio bajo la advocación de san Andrés (en el lugar se alza hoy la iglesia de San Gregorio Magno). Trabajó con constancia por propagar la regla benedictina y llegó a fundar seis monasterios aprovechando para ello las posesiones de su familia tanto en Roma como en Sicilia.
En el año 579 el papa Pelagio II lo ordenó diácono y lo envió como apocrisiario (embajador) a Constantinopla, donde permaneció unos seis años y estableció muy buenas relaciones con la familia del emperador Mauricio y con miembros de las familias senatoriales. Falleció el 12 de marzo del 604 en Totila
Obras
Gregorio es autor de una Regula pastoralis, manual de moral y de predicación destinado a los obispos. Recopiló y contribuyó a la evolución del canto gregoriano (clau) .
Entre sus obras conocidas encontramos el libro De Vita et Miraculis Patrum Italicorum et de aeternitate animarum conocido comúnmente con el nombre abreviado de Libro de Los Diálogos, que narra la vida y milagros de diversos santos italianos del siglo IV, destacando en su segundo capítulo a San Benito de Nursia.12
Gregorio desarrolló la doctrina del purgatorio en 593, a poco tiempo de asumir la cátedra de San Pedro. Hasta el siglo VII reinaba la creencia de que los difuntos estaban reducidos a una situación de sombras (refrigerium) y permanecían en un lugar de tránsito a la espera del juicio final y definitivo. Solo los mártires quedaban exentos de ese lugar de sombras al acceder directamente a la visión beatífica. En sus Diálogos, Gregorio presentó otra concepción: que después de la muerte, el difunto enfrentaría un primer juicio particular, no general, a partir de cual podría resultar temporalmente relegado al purgatorio para expiar sus faltas, es decir, como forma de purificación.


SAN AGUSTÍN DE HIPONA
Biografía
San Agustín nació el 13 de noviembre de 354 en Tagaste, pequeña ciudad de Numidia en el África romana. Su padre, llamado Patricio, era un pequeño propietario pagano y su madre, Santa Mónica, es puesta por la Iglesia como ejemplo de «mujer cristiana», de piedad y bondad probadas, madre abnegada y preocupada siempre por el bienestar de su familia.
Agustín fue maniqueo y orador imperial en Milán. Ya como obispo, escribió libros que lo posicionan como uno de los cuatro primeros Padres de la Iglesia. La vida de Agustín fue un claro ejemplo del cambio que logró con la adopción de un conjunto de creencias y valores.
San Agustín se destacó en el estudio de las letras. Mostró un gran interés hacia la literatura, especialmente la griega clásica. Sus primeros triunfos tuvieron como escenario Madaura y Cartago, donde se especializó en gramática y retórica. Durante sus años de estudiante en Cartago desarrolló una atracción hacia el teatro. Durante su estancia en Cartago mostró su genio retórico y sobresalió en concursos poéticos y certámenes públicos. Años después, el mismo Agustín hizo una fuerte crítica sobre esta etapa de su juventud en su libro Confesiones.
A los diecinueve años, la lectura de Hortensius de Cicerón despertó en la mente de Agustín el espíritu de especulación y así se dedicó de lleno al estudio de la filosofía, ciencia en la que sobresalió. Durante esta época el joven Agustín conoció a una mujer con la que mantuvo una relación estable de catorce años y con la cual tuvo un hijo: Adeodato.
En 383, se fue a Roma, la capital del Imperio romano. En Roma enfermó de gravedad. Tras restablecerse, y gracias a su amigo y protector Símaco, prefecto de Roma, fue nombrado "magister rhetoricae" en Mediolanum, la actual Milán.
En 386 se consagró al estudio formal y metódico de las ideas del cristianismo. Renunció a su cátedra y se retiró con su madre y unos compañeros a Casiciaco, cerca de Milán, para dedicarse por completo al estudio y a la meditación. Falleció el 28 de agosto de 430 d.c.